martes, 6 de diciembre de 2011

LA PÉRDIDA DE CULTURA VEGETAL

Me presentaré. Soy ingeniero agrónomo y tengo más de 3 décadas de experiencia en programación de ordenadores. Gracias a mi gran afición por las plantas y por la informática he creado una herramienta capaz de ayudar a cualquier persona a averiguar el nombre de una planta. Y no sólo eso, en realidad lo más importante de la herramienta que he desarrollado es que enseña a identificar las plantas gracias a su formato educativo. La herramienta a la que me estoy refiriendo se llama NomenPlantor y se puede obtener más información sobre ella en el sitio https://www.nomenplantor.com

INTRODUCCIÓN

No resulta difícil reconocer que en nuestra sociedad se ha perdido muchísima cultura de conocimiento de las plantas. Nuestros antepasados, no hace demasiadas generaciones, reconocían muchísimas más especies que nosotros. Pero ¿cómo es posible que estemos perdiendo cultura en una sociedad a la que se le pone el calificativo de sociedad de la información? ¿Acaso es posible fomentar la protección a la biodiversidad si estamos perdiendo precisamente el conocimiento de la biodiversidad? 

EVOLUCIÓN NEGATIVA

El paso de una vida rural a otra mayoritariamente urbana ha conllevado varios cambios sustanciales, entre ellos el cambio de las especies vegetales con las que habitualmente convivimos. Nuestros antepasados conocían bien las especies de su entorno, que era distinto al nuestro. Ese cambio requiere un cambio en la mentalidad de las personas implicadas en gestionarlo.

Las especies ornamentales son fantásticas como material didáctico. Además de ser las especies que vemos a diario, poseen características interesantes desde un punto de vista educativo. Las ornamentales son fáciles de distinguir gracias a sus características estéticas (por ello son ornamentales) y son fáciles de diferenciar debido a su origen geográficamente disperso (están poco emparentadas entre sí, en general).

Y sin embargo se minusvaloran como material didáctico. Una educación ambiental, a mi juicio mal entendida, se olvida de los ecosistemas que hemos creado para nosotros mismos y potencia sólo los ecosistemas naturales, importantes sin duda, pero a menudo lejanos para el día a día de la mayoría de nosotros. No pongo en duda que en el ámbito universitario los ecosistemas naturales y sus componentes sea material de estudio imprescindible, pero sí resulta un grave error, a mi parecer, el utilizarlos como material único y exclusivo en enseñanza primaria y secundaria. Si analizamos un poco más el problema, descubrimos que la formación de buena parte de los profesores relacionados con el Conocimiento del Medio provienen de carreras universitarias donde las especies ornamentales no pasan de ser consideradas, a menudo, una simple curiosidad de escaso valor medioambiental y educativo.

DISTANCIAMIENTO ENTRE CIENCIA Y SOCIEDAD

La herramienta para identificación de especies por antonomasia, ya sean vegetales o no, son las claves dicotómicas. Para el que no le suenen, son aquellas en las que al usuario se le van planteando cuestiones con dos posibles opciones tipo "La planta es leñosa o es herbácea". Si elegimos la primera opción nos lleva a una nueva pareja de opciones y si elegimos la segunda nos lleva a otra pareja de opciones diferente. Con cada elección se van descartando las especies que no cumplen hasta llegar a la identificación de nuestro ejemplar.

Por desgracia, crear una clave dicotómica lleva mucho esfuerzo y, lo que es peor, ampliarla supone tan difícil tarea que, a menudo, se necesita empezar de nuevo como si todo lo anteriormente hecho no hubiera valido para nada. Eso era así hasta que Linneo creó el sistema de clasificación taxonómica, donde los organismos se ordenan según un patrón jerárquico (los más habituales son Clase, Orden, Familia, Género y Especie, aunque puede haber muchos más). Al mezclar el concepto de clave dicotómica con el de clasificación taxonómica, las clave adquirieron una cualidad fantástica para sus creadores: por fin eran fácilmente ampliables. Añadir una nueva especie es cuestión de añadirla a partir del género al que pertenece, por lo que no es necesario empezar de cero. Esto hizo que las claves dicotómicas, en su inmensa mayoría, hayan sido creadas atendiendo a la jerarquía de clasificación taxonómica, siendo necesario, para identificar una especie, identificar primero su Clase, Orden, Familia y Género (por decir sólo los principales). Tal es así que, a menudo, erróneamente se utiliza el término "clasificar un ejemplar" en lugar de "identificar" o, mejor todavía, como sostenía D. Santiago Castroviejo, "determinar".

Algo tan fantástico, sin embargo, no está exento de problemas. Reconocer a qué familia pertenece una planta es muy complejo en la mayoría de los casos y sólo está al alcance de botánicos avanzados. Utilizando un ejemplo fácil, saber si un árbol es un pino es apto para cualquiera, mientras que saber si es una pinácea o, simplemente, una gimnosperma, no lo es en absoluto.

Este problema ha generado un distanciamiento importante entre la sociedad científica y la sociedad civil, en lo que respecta al tema de identificación de especies, mientras que, vuelvo a recordar, nuestros antepasados reconocían una gran cantidad de especies sin saber nada de botánica entendida como ciencia.

NOMENPLANTOR

NomenPlantor genera dinámicamente, es decir, "sobre la marcha", dicotomías en las que ofrece una ayuda en formato textual y visual para elegir la opción adecuada. Es la ayuda la que permite al usuario ir conociendo los detalles morfológicos de las plantas, adquiriendo poco a poco la cultura necesaria para distinguir unas especies y otras. Además, es la primera clave dicotómica del mundo que ofrece al usuario la posibilidad de no contestar una dicotomía y saltársela en caso de duda o falta de información, lo que facilita muchísimo su uso.

NomenPlantor posee otras cualidades que la convierten en una herramienta de ámbito universal, como la posibilidad de utilizarla en cualquier idioma, la de generar dicotomías para usuarios de nivel básico, avanzado o experto, la de crecimiento sin limitaciones en el número de especies (actualmente hay más de 4.000 taxones descritos) y en el número de claves generadas (una clave se crea simplemente por agrupación de especies),... además de estar diseñada para ser utilizada en formato Web para incluir en cualquier site.


Ejemplo de clave NomenPlantor
para identificación de plantas de interior

CAMBIO CULTURAL

Después de casi 3 años de funcionamiento NomenPlantor ya ha demostrado que es la herramienta perfecta para cambiar una tendencia de pérdida cultural en nuestra sociedad. Además ha crecido mucho. Ya son más de 4.000 especies descritas, con medio centenar de claves de identificación, han sido tomadas cerca de 1.000 imágenes de ayuda, varias docenas de artículos de apoyo sobre botánica en la Web hermana Botanipedia (visitable en http://www.botanipedia.org), cerca de 1.300.000 registros en la base de datos, se han superado las 90.000 líneas de código, se ha creado un curso on-line de formación de formadores gratuito (visitable en http://atutor.eficientech.com),...

Y, sin embargo, el futuro del proyecto está en entredicho por culpa en parte, de la situación actual, de acuerdo pero, por otra tengo que denunciar aquí además una falta de interés y apoyo por parte de la mayor parte de las instituciones implicadas.

Tengo la completa certeza de que he hecho todo lo que estaba en mi mano, a pesar del fuerte temporal que sopla en contra. Ahora, señores políticos, es su turno.



2 comentarios:

  1. Guillermo: Me tienta siempre opinar, incluso cuando no conozco el tema. Esta vez seré prudente. Me gusta el tema de las plantas ornamentales. Son plantas domésticas, del mismo modo que el perro y el gato son animales domésticos.

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  2. Gracias RicBruno por opinar. En este blog las opiniones son muy bienvenidas.

    El problema no es otro que no darse cuenta de que el ser humanos nos hemos creado nuestros propios ecosistemas con el único fin de vivir lo mejor posible. Dentro de esos ecosistemas, por supuesto, hemos incluido otros seres vivos que nos mejoran la calidad de vida (siempre y cuando estén bien atendidos, claro).

    Si pensamos que los animales domésticos, seleccionados a lo largo de generaciones para que adquieran características apropiadas para la convivencia, y las plantas domésticas, traídas desde lejanas tierras y seleccionadas con el mismo fin, son seres vivos de "segunda categoría" y no merecen atención desde un punto de vista EDUCATIVO, como lo merecen los ecosistemas naturales, estaremos cometiendo un grave error, por falta de perspectiva e induciendo un distanciamiento de la sociedad con el medio natural.

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